La coherencia es un factor indispensable en la educación de los jóvenes
Francisco ha afirmado que la educación católica es "uno de los desafíos
más importantes de la Iglesia, comprometida hoy en realizar la nueva
evangelización en un contexto histórico y cultural en constante transformación".
Por eso ha indicado tres aspectos fundamentales al respecto.
En primer lugar "el valor del diálogo en la educación". El Santo
Padre ha señalado que "a las escuelas y las Universidades católicas
asisten muchos estudiantes no cristianos y también no creyentes" así como
el hecho de que las instituciones educativas católicas "ofrecen una
propuesta educativa que mira al desarrollo integral de la persona y que
responde al derecho de todos a acceder al saber y al conocimiento".
Del mismo modo, todas están llamadas a ofrecer "con pleno respeto de la
libertad de cada uno y los métodos propios de ambiente escolar, la propuesta
cristiana, es decir Jesucristo como sentido de la vida, del cosmos y de la
historia". Ha recordado que Jesús comenzó a anunciar la buena noticia en
la "Galilea de las gentes", con personas de distintas razas, culturas
y religiones. Este contexto - ha observado - "se asemeja en ciertos
aspectos al mundo de hoy". Asimismo ha subrayado que "los profundos
cambios que han llevado al difundirse cada vez mayor de sociedades
multiculturales requieren a cuantos trabajan en el sector escolar y
universitario implicarse en itinerarios educativos de intercambio y de diálogo,
con una fidelidad valiente e innovadora que sepa hacer encontrar la identidad
católica con las distintas "almas" de la sociedad cultural".
El segundo aspecto que el Papa ha explicado en su discurso es "la
preparación cualificada de los formadores". Tal y como dijo en el
encuentro con los Superiores Generales, Francisco ha afirmado que hoy la
educación está dirigida a una educación que cambia y que cada educador - y toda
la Iglesia que es madre educadora - "está llamado a 'cambiar', en el
sentido de saber comunicar con los jóvenes que tiene delante". El Santo
Padre ha indicado que "educar es un acto de amor, es dar vida. Y el amor
es exigente, pide utilizar los mejores recursos, despertar la pasión y ponerse
en camino con paciencia junto a los jóvenes". Y es por ello que también el
educador católico debe de ser "muy competente",
"cualificado", y al mismo tiempo "rico de humanidad, capaz de
estar en medio a los jóvenes con estilo pedagógico, para promover su
crecimiento humano y espiritual". Y es que los jóvenes necesitan de
"calidad de la enseñanza" y "valores, no solo enunciados, sino
testimoniados". Y ha afirmado que "la coherencia es un factor
indispensable en la educación de los jóvenes". Por eso Francisco ha
propuesto formación permanente y "retiros espirituales para los
educadores". "La coherencia - ha exhortado - es un esfuerzo, pero
sobre todo es un don y una gracia".
El tercer y último aspecto del que Francisco ha hablado a los participantes
de la Plenaria de la Congregación para la Educación Católica, es sobre las
"instituciones educativas", es decir, las escueles y Universidades
católicas y eclesiásticas.
Los documentos que mencionó al inicio del discurso, "nos invitan a
reflexionar seriamente sobre las numerosas instituciones formativas dispersas
en todo el mundo y su responsabilidad de expresar una presencia viva del Evangelio
en el campo de la educación, de la ciencia y de la cultura". Asimismo ha
señalado que es necesario que las instituciones académicas católicas "no
se aíslen del mundo, sino que sepan entrar con valentía en el areópago de las
culturas actuales y ponerse en diálogo, consciente del don que tiene para
ofrecer al todos".
http://www.zenit.org/es/articles/48791